Ohlavan

[English below]

Dejamos atrás la Yeguada y por fin salió el sol.

Al atardecer del pasado miércoles llegamos a Santa Catalina, sin lugar a dudas, uno de nuestros destinos favoritos en Panamá.

A diferencia de otras playas del país Santa Catalina es bien tranquila. Es una comunidad pequeña con dos playas principales, un chinito que sirve como mercado para lo básico, escuela, iglesia, varios restaurantes, hostales y mucha paz.

Santa Catalina sirve a menudo como punto de partida para visitar el Parque Nacional de Coiba, una maravilla de la naturaleza ubicada a una hora y media en lancha desde el pueblo. Los turistas que vienen por aquí, que son bastantes, buscan relajarse, surfear o ir a Coiba, por tanto no se encuentran por aquí lugares de fiesta.

La idea era pasar unos días relajados, aprovechando para surfear, visitar Coiba y disfrutar de la compañía de unos amigos que venían de visita desde la ciudad.

El lunes hicimos la excursión al Parque Nacional. Salió el sol desde primera hora y tuvimos un tiempo estupendo, que nos permitió disfrutar aún más del avistamiento de delfines, ballenas y tortugas. Coiba es francamente espectacular. Nunca nos cansamos de volver a este paraje. Sin duda si se viene a Panamá, hay que pasar por Santa Catalina y visitar las islas.

El mejor momento del día vino cuando nuestro amigo Edu le pidió matrimonio a su novia Maricarmen en la Isla Granito de Oro, un acontecimiento que jamás olvidaremos los amigos que estábamos allí presentes. ¡¡Chicos, os queremos y os deseamos lo mejor!!

Despedimos a nuestros amigos con mucha pena, aunque sabiendo que pronto los veremos (¡Edu tío, no tardes en casarte!).

Todo transcurría bien: buen tiempo, mucho relax, clases de surf a Melissa… Hasta que la tarde del martes una pequeña tormenta tropical que salió de la nada, azotó la pequeña villa causando numerosos destrozos tanto en el pueblo como en los hostales de alrededor. Con tan mala suerte que parte del tejado del hostal donde estamos voló y se hizo pedazos chocando con nuestro cámper.

No sólo rayó el capó y puertas del carro (chapa y pintura) sino que además abrió una brecha bastante grande en el lateral de nuestra casa rodante cual lata de atún. Después de quitarnos el susto del cuerpo y hablar tanto con nuestro seguro como con el dueño del hostal, pusimos manos a la obra para arreglar el cámper y tratar de perder el mínimo tiempo posible.

Entre tantó llegó un buen swell que comenzó a dar olas y sirvió para distraer a Ekain, ya que Melissa tiene una pequeña infección en el oído que le dio después de hacer snorkel en Coiba.

Esperamos que para el próximo martes aproximadamente tengamos todo listo y podamos seguir con nuestra aventura. Mientras tanto, seguimos alojados en el mismo hostal, el Surfer’s Paradise, esta vez en una habitación, esperando a que nos lleguen buenas noticias de la ciudad.

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We left La Yeguada and finally the sun came out.

Last Wednesday at sunset we arrived in Santa Catalina, without doubt, one of our favourite destinations in Panama.

Compared to other beaches in the country, Santa Catalina is a calm spot. It’s a small community with two main beaches, a small Chinese shop that serves as a supermarket for the basic, a school, a church, many restaurants, hostels and a lot of peace.

Santa Catalina often serves as a point of departure to visit the Coiba National Park, one of nature’s wonder located an hour and a half away from the town in a fishing boat. The tourists that come here, they are many, are looking to relax, to surf or to go to Coiba, therefore there are no places to party.

The idea was to spend a few relaxing days, enjoying the waves, visit Coiba and enjoy the company of friends that were coming to spend some time with us from the city.

On Monday, we went on the excursion to the National Park. The sun came out with dawn and the weather was marvelous, which allowed us to enjoy even more the sightseeing of dolphins, whales and turtles. Coiba is, frankly, spectacular. We never get tired of going back to that place. Without any doubt, if you are going to Panama, you must go through Santa Catalina and visit the islands.

The best moment of the day came when our friend Edu, asked his girlfriend Maricarmen to marry him on one of the Islands, Granito de Oro, a moment that all our friends that were present will never forget. Guys, we love you and we wish you the best!!

We said goodbye to our friends with sadness, although we know we will see them soon (Edu, don’t wait too long to get married!).

Everything was going well: good weather, relaxing days, Eka teaching Melissa how to surf…Until Tuesday’s afternoon, a brief tropical storm that came out of nowhere hit the small town, causing many damage in the village as well as in the surrounding hostels. We were unlucky for a part of the roof on the hostel where we were parked, was ripped out by the wind and crashed on our camper.

It didn’t only scratch the engine’s hood and the doors (plate and paint) but it also cut open a gap on the left side of our house on wheels as if it were a tuna can. After the shock had passed and we had talked to our insurance and the hostel’s owner, we started working to fix the camper and try to lose as little time as possible.

Meanwhile, the swell grew bigger and started to send waves that distracted Ekain while Melissa had to stay out on the beach due to a small ear infection caused by the snorkelling in Coiba.

We hope that we will have everything ready by next Tuesday to continue our adventure. Meanwhile, we are still staying at the same hostel, called Surfer’s Paradise, this time in a room, waiting for good news to arrive from the city.