La única constante de un mundo en perpetua transformación es la celeridad con la que pasa el tiempo.
Cixun Liu, El Bosque Oscuro.
Y así, en un abrir y cerrar de ojos, pasaron algo más de dos años desde que terminamos nuestro periplo por la ruta Panamericana y nos mudamos a la paradisíaca República Dominicana.
Dos años de vivir entre palmeras.
Dos años de explorar nuevas playas.
¡Dos años de estabilidad!
Dos años de vivir los tres juntos en un espacio mayor a 12m².
Dos años de arroz, guandules y mangú.
Dos años de klk-s y dímelo-s.
Dos años de surfing en bañador.
Dos años de vida isleña.
Dos años de aprendizaje y paciencia.
Dos años inigualables.
Vamos a ver si retomamos el blog y os enseñamos un poco de la isla.
¡A por otro año más!